La luciérnaga
de El Capricho
Concurso
LUGAR
Jardines de El Capricho
Madrid
SUPERFICIE
3655 m2
AÑO
2016
El palacio y su jardín durante finales del XVIII y comienzos del XIX propiciaron el encuentro, las actividades culturales, el debate, el espíritu de compartir nuevas ideas y una relación diferente entre los dos sexos, todo ello en un ambiente cultural y lúdico.
Intervención en el madrileño Palacio del Capricho para adaptarlo a museo
La creación de un nuevo pabellón de acceso responde a la incompatibilidad de incorporar al edificio los elementos funcionales asociados a los usos propuestos en el programa, sin que esto afecte gravemente a los valores que le han hecho merecedor de la protección patrimonial que actualmente tiene.
El pabellón ejecutado con un hormigón traslúcido con fibra de vidrio interactúa con el jardín mediante unos patrones lumínicos.
Intervención en un conjunto histórico en el que el jardín, y lo que en él sucede, conforman visualmente la arquitectura.
Accesos
Desde el edificio “luciérnaga”, en el que se ubica la taquilla y zona de tienda a nivel de calle, se accede descendiendo por una tendida rampa hacia el jardín rehundido en la plaza.
El visitante puede en todo momento, en su recorrido hacia la planta soterrada, relacionar la silueta del Palacio y la vegetación que lo rodea desde las diferentes posiciones del itinerario.
Interacción del jardín histórico con el pabellón nuevo
Una red de sensores en el jardín recoge datos locales como temperatura, humedad y velocidad del viento, así como temperatura, salinidad y humedad del suelo. Estos datos afectan en tiempo real al comportamiento de la luz en la fachada que es cambiante, visibilizando procesos orgánicos invisibles.
Reinterpretación de la cámara oscura del siglo XVIII en la actualidad
También se transmite la información de los sensores a la «cámara oscura» en el interior del edificio histórico desde donde se puede interpretar el jardín.
Las intervenciones arquitectónicas en el Palacio son mínimas y tienen por objeto consolidar los elementos originales, reinterpretar con nuevos lenguajes decorativos los elementos históricos reconstituidos e incorporar las nuevas tecnologías de la realidad virtual y aumentada como complemento a la arquitectura para explicar los contenidos museográficos que se incorporan.
El claustro que rodea el jardín de acceso vertebra los recorridos y cose las funciones de nueva implantación necesarias para el funcionamiento del centro, los aseos, cuartos de máquinas, servicios de atención al visitante y una pequeña sala de usos múltiples, complemento de las actividades de la exposición permanente.
